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Maullidos Urbanos Opinión

Más allá de la marcha

Maullidos Urbanos
Por Gato de Barrio

gatodebarrio@yahoo.com.mx

La Marcha por la Democracia del pasado domingo tiene múltiples lecturas, desde la polémica por el número de participantes en la ciudad de México –desde 90 mil, según autoridades capitalinas, hasta 700 mil de acuerdo a los organizadores–, pasando por las reacciones de los ciudadanos y de autoridades y dirigentes de Morena.

            En primer lugar, se debe reconocer la capacidad de convocatoria no solo a nivel nacional, donde participaron habitantes de más de 120 ciudades y una veintena de varias partes del mundo, claro con diferente número de asistentes, todos por voluntad propia, sin acarreos, así como su desarrollo tranquilo, sin hechos violentos, pero deben destacarse los gritos de “narcopresidente”, dirigidos a López Obrador afuera de Palacio Nacional.

            Se pueden mencionar mas puntos en favor de los marchistas, pero las reacciones de las autoridades resultaron ser, por mencionar un calificativo, excesivas como el amurallar Palacio Nacional con mamparas de acero, casi como si el edificio estuviera en un sitio de guerra y el no haberse colocado la Bandera Nacional en el Zócalo, como si fuera propiedad exclusiva de unos cuantos, no de todos los mexicanos y fuera necesario pedir permiso para izarla.

            Incluso Claudia Sheinbaum, quien el domingo se registró ante el INE como candidata presidencial por la alianza Morena-PT-PV, emitió mensajes contradictorios. Por un lado, exhorta a la ciudadanía a unirse a su proyecto, pero al mencionar la marcha así se expresó: “Es así que resulta importante y más aquí en este recinto, señalar la falsedad y la hipocresía de aquellos que hablan o marchan por la democracia cuando en su momento promovieron fraudes electorales o nunca vieron la compra de votos o se les olvidó respetar a los pueblos indígenas promoviendo la discriminación y el clasismo”.

            La realidad es que nunca se comprobaron esos “fraudes electorales” en los que tanto se insiste, y quien comete actos de discriminación es López Obrador cuando se refiera Xóchitl Gálvez, al señalarla, entre otros calificativos, de ladina y racista.

            Incluso el presidente en la conferencia mañanera del lunes así descalificó a los participantes: “Por eso también son las protestas, los enojos, como la manifestación, porque los que estaban antes, ya sea en el gobierno o ya sea los que se beneficiaban con la corrupción están inconformes y quieren regresar y yo también quiero que regresen pero lo que se robaron». Y subrayó: «ahora se disfrazan de demócratas, pese a que en el pasado habían atentado contra la voluntad popular”.

            Sin duda las reacciones y repercusiones de la marcha darán tema para múltiples análisis, pero también anticipa que al iniciar formalmente las campañas, a partir del 1° de marzo, se verán confrontaciones más fuertes donde lo deseable es que no escalen en hechos violentos ni alienten aún más la polarización social, porque sus consecuencias resultarán totalmente negativas para todos mexicanos.

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