Maullidos Urbanos
Por Gato de Barrio
Afortunadamente se mantiene la tradición de asilo por parte de autoridades mexicanas para ayudar a personas que padecen algún tipo de persecución en su país natal, como ha sucedió a lo largo del pasado siglo con españoles, argentinos, chilenos, entre otros, y ahora sucede con las personas que necesitan salir de Afganistán para no padecer las persecuciones políticas y sociales impuestas por la actual gobierno talibán.
Gracias a los trámites diplomáticos entre los gobiernos de México y Qatar, en las últimas horas se logró el traslado a nuestro país, primero de un grupo de mujeres jóvenes, integrantes de un equipo de robótica, y segundo, de periodistas –junto con sus familias–, que colaboraron con medios de comunicación durante la ocupación de los militares estadounidenses.
La Secretaría de Relaciones Exteriores desarrolló el apoyo logístico para la salida de las jóvenes e informó que en el caso de las jóvenes –quienes desarrollaron un respirador mecánico para ayudar a quienes se contagiaron de covid-19 en su país–, su vuelo se financió con fondos de varias organizaciones, incluso una de ellas les ofrecerá hospedaje, alimentación y servicios básicos sin costo, aunque por cuestiones de seguridad y privacidad, no se reveló su nombre.
A su llegada a México se informó a las refugiadas que inicialmente podrán adoptar una visa humanitaria hasta por 180 días, con derecho a prórroga, por lo cual ellas podrán continuar con sus actividades de investigación.
Recuérdese que por el Islam, los talibanes limitan excesivamente las actividades de las mujeres, no solo de las nacidas sino también de todas las residentes, por lo cual están obligadas a vestir la burka ‘o hiyab, ropa que en ocasiones cubre la mayor parte del cuerpo y sólo se permite una abertura a la altura de los ojos. En el caso de los periodistas solicitaron a México refugio, asilo y visa humanitaria, ya que temen ser objeto de la venganza de los talibanes por su cooperación con los diferentes medios de comunicación internacionales.
Mientras tanto miles de personas tanto afganas como extranjeras continúan intentando abandonar Afganistán, tras el regreso al poder de los talibanes, quienes fueron depuestos en 2001 por el ejército de Estados Unidos.
Tras dos décadas de libertad para las mujeres y medios informativos, no será fácil para el nuevo gobierno limitarles sus actividades, por lo que serán un latente foco de rebeldía social y difícilmente podrán ser acallados, sin omitirse se desarrollen posibles actos represivos en contra quienes permanezcan en Afganistán sin posibilidad de abandonar esa nación.