Alebrijes en Cuadratines
Por Adrián Chavarría Espinosa
ache57@yahoo.com.mx
Siempre se ha resaltado que la lectura sirve para un mayor conocimiento de nuestra realidad como para tener una mejor preparación intelectual, lo cual debe servir tanto para quienes estudian desde el nivel primaria hasta superiores, como las personas de todas las edades.
Si bien lo normal es medir la lectura personal por el número de libros que cada quien lee a lo largo de un año –que no resultan académicos o escolares–, también se debe considerar la de revistas, historietas, periódicos y más recientemente a través de internet tanto portales, como blogs o distintos foros de análisis, discusión e información.
Recientemente se difundieron estadísticas, primero del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las recientes las tendencias de las lecturas en nuestro país para, después, hacer un comparativo con otras naciones del mundo, donde anticipándose las conclusiones se debe admitir que no resultan tan favorables para los mexicanos.
Inicialmente se debe establecer que, entre las personas alfabetas mayores de 18 años de edad, a partir de 2015 la lectura de periódicos se ha reducido considerablemente. Hace casi una década los adquirían el 49.4% de las personas, pero en este año se ha reducido a 17.8%, es decir que menos de dos de cada diez personas se informan por medios impresos cotidianos. En el caso de las revistas su lectura decayó de 47.2% a 21.7%, es decir en comparación con los diarios aún existe un ligero mayor interés.
Respecto a los libros su lectura registró una disminución no tan sensible pero si resulta significativa, ya que pasó de 50.2% a 41.8%, aunque representa una caída menor al diez por ciento, representa que los mexicanos leen menos libros al año. Lo que sí significó un ligero aumento es en el caso de la lectura a través de internet de portales, blogs o foros, al pasar de 37.0% a 39.4%.
Vale la pena formular una serie de observaciones. En primer lugar la pandemia de Covid-19 iniciada en 2020 provocó que por el confinamiento para evitar mayores contagios, las personas dejaron de salir de sus casas y, por tanto periódicos como revistas se vieron obligados a reducir sus tirajes ante la menor demanda.
Pero, por otro lado las personas recurrieron más a internet para mantenerse informados, ya fuera tanto en portales de sitios web como de periódicos tanto serios como informales, así como hubo un boom de blogueros e influencers, quienes lograron hacerse de una gran cantidad de seguidores, lo que también les representó un buen ingreso económico a éstos últimos.
Si bien los periódicos lograron subsistir a través de ofertar suscripciones a sus ediciones impresas diarias junto con acceso a información exclusiva en internet, en el caso de las revistas muchas dejaron de circular para, finalmente, desaparecer ante la baja demanda registrada.
Por otra parte, de acuerdo al análisis del sitio en internet Lectupedia, con datos recabados por centros de investigación o instituciones gubernamentales encargadas de la cultura y la educación en diversos países, estableció una tabla comparativa acerca de la cantidad de libros leídos en cada nación a julio de 2022, aunque a dos años de distancia probablemente las estadísticas no han variado.
De esta forma se resume que los países con más lectores de libros son Canadá y Francia con 17.0 al año, seguidos por Estados Unidos con 12.0, Corea del Sur con 11.0, España con 9.9, Portugal con 8.5, Estonia con 6.0 y Chile con 5.3. Más abajo se ubican países con menos libros leídos al año. Por ejemplo, Perú tiene un promedio de 3.3, Brasil de 2.5, Venezuela de 2.0, Colombia de 1.9, México de 1.7, y Argentina de 1.6 libros.
Si bien en la estadística no se incluyen a naciones que podrían ser representativas de los consideradas como desarrolladas, como serían Alemania, Dinamarca, Suecia, Gran Bretaña, entre otras, el incluir a Francia y Estados Unidos, es suficiente para ver cuál es la situación en nuestro país.
Pero el hecho de que a nivel continental quienes viven en Chile, Perú, Brasil y Venezuela superen a quienes radican en nuestro país, con promedio de más de dos libros leídos al año, resulta un dato desalentador para los mexicanos y peor para los argentinos, quienes ocuparon el último sitio en la lista.
Entonces no es coincidencia que países con mayor desarrollo económico y social sean donde existen más lectores de libros, mientras que aquellos donde suceden más conflictos políticos es donde hay menos personas interesadas en la lectura de textos.
Como se anticipaba, en México no resulta frecuente la lectura de libros mientras que la circulación de periódicos y revistas van a la baja y, aunque en internet aumenta su audiencia no necesariamente son de personas interesadas en buscar ya sea autores serios y reconocidos o informaciones serias y objetivas, sino textos presuntamente ligeros pero que pueden ser considerados como desechables, es decir leerse y olvidarse de ellos.
Por eso no está por demás insistir en todos los niveles escolares en fomentar la lectura de libros, periódicos y revistas, aunque sea en dispositivos conectados a internet, lo importante es leer textos que dejen semillas de inquietud para ampliar el conocimiento personal.