Alebrijes en Cuadratines
Por Adrián Chavarría Espinosa
El próximo año, además de las elecciones para gobernador en el Estado de México y Coahuila, la atención del presidente Andrés Manuel López Obrador estará en la sucesión de rector en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ya que a finales terminará el segundo periodo de Enrique Graue Wiechers, designado en el 2015 y ratificado en 2019.
Debido a que el marco legal universitario vigente establece que un rector solo puede ser reelecto por una sola ocasión, el máximo periodo en que puede encabezar a la UNAM es de ocho años, por ello, es que desde mediados del 2023 empezarán a darse los movimientos internos para que la Junta de Gobierno designe a quien será titular hasta el 2027.
Pero recuérdese cómo ha actuado López Obrador en contra de órganos autónomos intentando desaparecerlos, como sucedió con los Institutos Nacional de Desarrollo Social y de Evaluación Educativa, entre poco más de cuarenta instituciones; controlarlas, como con la Comisión Nacional de Derechos Humano; o reducirlas o minimizarlas cuando defienden su independencia, como sucede con la campaña en contra del Instituto Nacional Electoral.
En el caso de la UNAM el mandatario, también egresado de esa casa de estudios, frecuentemente la ha criticado al acusarla, entre otras cosas, de haberse «derechizado» en el periodo neoliberal, que sus facultades de Ciencias Sociales se llenaron de conservadores, lo cual inició, según él, hace más de 30 años, cuando los organismos financieros internacionales impulsaron el modelo neoliberal y comenzaron a poner las llamadas «reformas estructurales», para «básicamente privatizarlo todo».
Entre las veces que ha expresado sus críticas en su máximo foro público que son sus conferencias mañaneras, se cuentan las sucedidas a mediados de octubre del 2021, cuando además de expresar los anteriores argumentos, destacó que la Universidad no criticó el “desastre económico” de los gobiernos de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo e, inclusive, Carlos Salinas de Gortari.
Preguntó: “¿Qué hizo la UNAM cuando se saqueó al país?” y recordó que en el año 2000, cuando era candidato a gobernador de la Ciudad de México, no fue a sus instalaciones porque “nos organizaron una celada con porros. La UNAM estaba dominada por lo más retrógrada que había y sigue existiendo”.
En mayo de este año aseguró que “con su presupuesto se premiaba a gente, se les creaban institutos, se fue creando un expediente de burocracia dorada y los maestros con asignaturas ganando muy poco”, aunque intentó matizar sus afirmaciones al señalar que sus opiniones sobre la UNAM y los diversos temas que aborda en su conferencia matutina han sido malinterpretados; aunque hizo un llamado para que las posturas neoliberales no sean satanizadas y aclaró no estar en su contra, insistió que se deben investigar “ciertas situaciones”.
Ahora hagamos un recuento de los últimos cinco rectores: cuatro han sido reelectos: José Sarukhán Kérmez, de 1989 a 1997; Juan Ramón de la Fuente, de 1999 a 2007; José Narro Robles, de 2007 a 2015; y el actual, Enrique Graue, desde 2015 y terminará en 2023. Solo Francisco Barnés de Castro cumplió el lapso de 1997 a 1999, ya que debió renunciar cuando al proponer una serie de reformas, como modificar el cobro de cuotas de ingreso y semestrales y prestaciones de servicio, se desató una huelga estudiantil.
(Sin embargo, de los rectores de esa “etapa neoliberal”, López Obrador designó a De la Fuente como representante de México ante Naciones Unidas, lo cual resulta contradictorio.)
Más no será necesario esperar a la llegada del año 2023 para saber que los seguidores de López Obrador ya se movilizan para inquietar al estudiantado universitario, al grado de que en semanas recientes por diversos motivos se han registrado paros de actividades en planteles Azcapotzalco, Naucalpan y Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades; en las Preparatorias 2, 3, 4 5 y 8; en la Escuela Nacional de Trabajo Social; en las facultades de Contaduría y Administración, Economía, Filosofía y Letras, Ingeniería, Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como en las Facultades de Estudios Superiores Acatlán, Aragón y Cuautitlán.
Otro caso sucedió en la FES Acatlán, cuando en una conferencia de Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, un estudiante identificado como Alejandro Torres lo encaró para reprocharle su actitud racista asumida en mayo de 2015, en contra de dirigentes de pueblos originarios, al mofarse de su forma de hablar. Pero, sucede, que este alumno ha sido identificado como fiel seguidor de Morena, incluso se le menciona como cercano la senadora Citlalli Hernández, actual secretaria general de ese partido.
Sin duda el año 2023 será de confrontación de López Obrador y Morena en contra del Consejo Universitario para intentar descalificar la forma como el Consejo Universitario organice y desarrolle la designación del próximo rector, ya sea para alterar ese proceso o a fin de imponer a alguien que esté de acuerdo con su forma de pensar y actuar.
Por lo anterior será momento de que toda la comunidad universitaria cierre filas para defender a la UNAM, a su autonomía y evitar la intromisión de fuerzas políticas ajenas que intenten dominarla y resulte afín al autollamado gobierno de la Cuarta Transformación.
