Hablando Claro
Por Eulises Cano
Como un golpe debajo de la línea de flotación para el PRI mexiquense cayó la renuncia a la Diputación Plurinominal (esas que no hacen campaña) que le ofreció la dirigencia nacional de ese partido a Alejandra Del Moral, y la reciente aparición con la candidata a la presidencia de la república de Xóchitl Gálvez quien, a pesar de decirse ciudadana, está más cercana al PAN.
Y no es que haya declinado porque se vaya a ir con su exjefe político a las filas de Morena, como se había especulado, ya que al final, la conversión de Del Mazo resultó ser mera venta de humo y Mario Delgado ya salió a aclararlo.
La renuncia era de esperarse porque a lo largo de su carrera, Del Moral ha mostrado congruencia (hasta el momento); no se pinta de guinda, ni de verde y tampoco de naranja, como algunos otros. Tampoco sucumbe ante la dirigencia nacional que por fin pudo tomar el control del PRI estatal que, con todo y las circunstancias actuales, sigue ostentando la mayor votación de este partido a nivel nacional. Hay que decir que no se esperaba acción alguna de quien ha sido su rival al interior del PRI, Ana Lilia Herrera; pero de quien sí se esperaba alguna acción era del recién nombrado secretario de Operación Política, el diputado Elías Rescala quien en campaña a la gubernatura mostraba cercanía y ahora que se requería de oficios de un político, mostró carencia en la operación y nula capacidad política. Una lástima, sobre todo tratándose del priista con el más alto cargo actualmente en el Estado de México.
Por supuesto que una sexta posición en el listado de los candidatos a una diputación por la vía plurinominal no le hace justicia a los 1.7 millones de votos que, a pesar de la derrota, Del Moral Vela entregó a la alianza el año pasado y hasta parece burla para la excandidata y para toda la gente que la apoyó, que estén mejor posicionados en esta lista personajes que no han llegado ni a los 100 mil votos.
Por ello, la declinación de Del Moral a aceptar el ofrecimiento de ‘Alito’, desde mi punto de vista, es un buen mensaje para los 1.7 millones de mexiquenses (llámense priistas, panistas, perredistas o apartidistas) que la apoyaron hace apenas ocho meses. Un mensaje de congruencia, en el que deja entrever que al no congeniar con las formas en que se está manejando el partido en lo estatal y en lo nacional, prefiere tomar distancia antes que adherirse a otro partido o tomar un camino distinto
La Iglesia Católica le entra al quite en la inseguridad
Apenas en el noticiario de Pepe Cárdenas se dio la noticia de un posible acuerdo entre ‘Los Tlacos’ y ‘La Familia Michoacana’, principales grupos criminales que controlan la producción, venta y distribución de drogas en la región de ‘Tierra Caliente’ que comprende municipios de Guerrero, Estado de México y Michoacán.
No crea que fue el gobierno federal o de los estados antes mencionados los que lo lograron, como lo han venido anunciando; fueron los líderes católicos quienes al parecer logaron convencer a los líderes criminales de establecer una tregua en sus disputas por los diferentes territorios, con la finalidad de parar los abusos y la violencia en contra de la población civil.
Apenas el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Toluca, Monseñor Maximino Martínez Miranda comentó que ellos también están sumados en estos esfuerzos.
¿‘Intervencionismo’ del Clero en ámbitos fuera de su competencia? ¿Incapacidad del Estado para ofrecer paz social a la población? ¿La Iglesia Católica retomando liderazgo en las comunidades? El análisis puede ser muy amplio, lo cierto es que los obispos cuentan con una legítima representatividad para participar de estos temas (y de cualquiera que afecte o involucre a los millones de católicos mexicanos), siendo los líderes de la religión que agrupa al 77.7 por ciento de la población en el país.
Seguramente hay opiniones divididas acerca de esta participación de la iglesia, pero hablando claro, resulta interesante observar cómo los líderes católicos están tomando un rol de acción y no solo de expectación ante los problemas sociales que enfrentan los mexicanos. Para hacer frente al yugo de la inseguridad que azota a la sociedad mexicana, ninguna ayuda está de más (con sus ‘asegunes’, claro está); ya lo dijo el presidente: “lo vemos muy bien. Nada más que nada de acuerdos que signifiquen conceder impunidad, privilegios, licencias para robar”.