Alebrijes en Cuadratines
Por Adrián Chavarría Espinosa
ache57@yahoo.com.mx
El tema de la reelección en la política mexicana no es reciente, existe desde mediados del Siglo XIX, cuando fue punto de discusión en la disputa de la presidencia. Incluso, el lema de “sufragio efectivo, no reelección” fue bandera de Porfirio Díaz –cuando luchaba por el poder en contra de Benito Juárez–, y de Sebastián Lerdo de Tejada.
Después de que Díaz le “prestara” temporalmente la presidencia a su compadre Manuel González, se quedó en el poder desde 1884 hasta 1910, cuando abandonó la silla presidencial obligado por la revolución iniciada por Francisco I. Madero quien repitió la misma frase, lográndose implantar la no reelección en el artículo 59 de la Constitución de 1917.
Posteriormente, en la presidencia de Plutarco Elías Calles, se permitió la reelección no continua, donde a pesar de que Álvaro Obregón ganó las elecciones, fue asesinado y ahí terminó esa etapa. De igual forma, en 1932 la Cámara de Diputados avaló la no reelección presidencial así como la inmediata de diputados y senadores.
Fue gracias a la reforma electoral del 2014 cuando se permitió, de nuevo, la reelección consecutiva pero solo para senadores, diputados federales y locales, así como de miembros de Ayuntamientos. En el caso del Congreso de la Unión, la medida entro en vigencia en el 2018 y lograron mantenerse en el cargo los reelectos en el 2021 y 2024, pero ahora con la iniciativa de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, presidente en funciones y virtual mandatara electa, se pretende cancelar esa medida.
En conferencia de prensa, Sheinbaum dijo que enviará a la Secretaría de Gobernación la redacción de tres iniciativas para ser consideradas por el Ejecutivo, los cuales serían becas universales para estudiantes de educación básica, reducción de la edad para el otorgamiento de pensiones a mujeres y la no reelección de senadores, y diputados federales y locales.
Aunque los partidos Verde y del Trabajo, aliados de Morena, no están de acuerdo con esa cancelación casi seguramente se disciplinarán y al conformar todos juntos la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y casi la alcanzan en la de Senadores, podrá avanzar la iniciativa y volverá a terminar una etapa más de la reelección en México.
En otra arista de este asunto, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Alejandro “Alito” Moreno, actual presidente nacional, busca que el Consejo Nacional apruebe su reelección, por lo cual de aprobarse podría mantenerse en el cargo hasta el 2032, con lo cual sumaría trece años al frente del tricolor.
De lograr ese propósito Alito se quedaría con el cascarón de ese partido, ya que muchos priistas están en desacuerdo con esa medida, la cual vulneraría un principio del PRI, el cual establece que ningún presidente puede reelegirse en el cargo.
Como prueba de ello, un grupo de más de 250 priistas críticos a la actual administración firmaron una carta pública que se reprodujo en diversos medios de circulación nacional, donde además de enumerar los errores de la dirigencia, expresan su preocupación sobre la asamblea convocada con la participación de absoluta mayoría de integrantes totalmente afines a Moreno.
Entre los firmantes de la citada carta se encuentran destacados exdirigentes Dulce María Sauri, Enrique Ochoa, Pedro Joaquín Coldwell y José Antonio González, así como el excandidato presidencial Francisco Labastida. el exsecretario de Turismo Enrique de la Madrid, exgobernadores como José Natividad González, de Nuevo León; José Reyes Baeza, de Chihuahua; Arturo Montiel, del Estado de México; y José Antonio González Curi, de Campeche.
Asimismo Manlio Fabio Beltrones, senador electo, advirtió que de concretarse la reelección renunciará al partido y se declarará como legislador independiente. Otros políticos que con anterioridad han renunciado al PRI han sido Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Ávila Villegas y Nuvia Mayorga Delgado.
No es la primera vez que Alito enfrenta demandas para que renuncie al cargo. En junio de 2022, tras los desastrosos resultados electorales sufridos, una docena de expresidentes exigieron su salida. En ese momento prometió dejar el cargo en agosto de 2023, pero meses después extendió su mandato un año más, hasta concluir el actual proceso electoral, pero ahora, de forma irregular convocó a una asamblea nacional para prolongar su presidencia.
En entrevistas, Sauri Riancho señaló que esta acción “sólo refleja que hay un afán de continuar usufructuando y exprimiendo a nuestro partido”; recordó que “salvo los interinatos, en el PRI no ha habido un solo caso de reelección, ni en los más exitosos dirigentes, como lo fue Beatriz Paredes, mucho menos debe serlo hoy que, tras ganar sólo dos de 12 gubernaturas, y en alianza con el PAN y PRD” y sentenció: “El PRI requiere de un amplio espacio de reflexión”.
La reelección de Alito resulta una buena oportunidad para que priistas inconformes, expriistas expulsados y quienes renunciaron al partido, analicen la conveniencia de crear un nuevo partido, ya dejar atrás a un PRI que no convoca a los electores a respaldarlo con sus votos. Consideró que podrían crear un instituto político más respetable y cercano con la población en general y con los ciudadanos en particular.
