Maullidos Urbanos
Por Gato de Barrio

gatodebarrio@yahoo.com.mx

De acuerdo con una investigación desarrollada por un grupo de investigadores de la Universidad de Trento, Italia, publicada por la revista Nature Astronomy, existen pruebas de la existencia de un conducto subterráneo y potencialmente accesible bajo un pozo abierto en la Luna, ubicado a unos 130 metros de profundidad y con 45 metros de ancho.

            La trascendencia este descubrimiento sobre la geología de nuestro satélite natural es que este túnel podría servir como como posible refugio para futuras misiones tripuladas, donde podrían superarse las condiciones hostiles para los posibles viajeros espaciales.

            Se ha establecido que, entre otras condiciones, en la cara iluminada de la Luna la temperatura puede llegar hasta los 127 grados Celsius, mientras en el lado oscuro puede bajar hasta los menos 173 grados Celsius; además, la radiación cósmica y solar puede ser hasta 150 veces más potente de la que se experimenta en la Tierra, además de la amenaza constante de impacto de meteoritos.

            Por lo tanto, la existencia de los conductos subterráneos, cuyo origen serían conductos de lava accesibles, podrían considerarse como lugares seguros para la construcción de infraestructuras para soportar una exploración sostenida y cuevas como esta ofrecen una solución, al proporcionar un entorno más templado que la superficie.

            Para llegar a estas conclusiones los investigadores analizaron datos de radar de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), de la NASA, obtenidos en el Mar de la Tranquilidad –sitio donde llegó la primera misión humana en 1969, a través del Apollo 11–, para confirmar las teorías científicas y buscar terminar con el debate acerca de la existencia de un conducto que sería semejante a un tubo de lava vacío.

            Tras analizarse con nuevas técnicas complejas de procesamiento de señales los datos obtenidos por la sonda, se estableció que la fosa más profunda conocida de la Luna, tiene un radio de aproximadamente 100 metros, paredes verticales o salientes y un suelo inclinado, a una profundidad de entre 130 y 170 metros con una longitud de entre 30 y 80 metros y una anchura de 45 metros.

            Esta investigación podrá servir para futuros proyectos espaciales, donde el objetivo final no solo será el colonizar a la Luna, sino funcionaría como una estación desde donde podrían salir expediciones a otros planetas para en un futuro hacer realidad lo que se ve en series de televisión y películas de ciencia ficción: explorar el espacio más allá de la Tierra.