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Mujeres en el gabinete federal

Alebrijes en Cuadratines
Por Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

Aunque en el gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha mantenido constante el número de seis mujeres entre sus integrantes, de acuerdo a lo desarrollado hasta el momento no han respondido a las expectativas de sus responsabilidades por lo que lamentablemente la evaluación por género no resulta favorable.

            Incluso, se podría considerar que a quienes han podido desarrollar un mejor desempeño el presidente no lo ha permitido, limitando sus funciones. El mejor ejemplo es Olga Sánchez Cordero, a quien siempre la presumió como la primera mujer en ser la titular de la Secretaría de Gobernación, donde el máximo lucimiento personal que tuvo fue cuando suplió a López Obrador en las conferencias mañaneras, cuando se contagió por primera vez de covid.

            Aunque desde esa responsabilidad a Sánchez Cordero se le consideraría como una aspirante natural a la candidatura presidencial para 2024, ella nunca se expresó en ese sentido y se dedicó a cumplir con sus funciones, hasta ser relevada por Adán Augusto López Hernández, en esos momentos gobernador de Tabasco.

            Ya instalado en el Palacio de Covián, López Hernández, además de desarrollar una actividad política más pública y política, desde los primeros días se le consideró como una “corcholata” presidencial, es decir de acuerdo a López Obrador, un real aspirante a la candidatura de Morena, nombramiento confirmado oficialmente después.

            Mientras a Sánchez Cordero se le limitó a cumplir con actividades formales, el exgobernador de Tabasco realiza reuniones de trabajo en el interior del país, incluso hasta ha participado en actos proselitistas junto con otras corcholatas, sin omitir que integró a su equipo a César Yáñez, político muy cercano a López Obrador en sus diferentes campañas en búsqueda de la presidencia.

            De otras mujeres del gabinete, sin duda su consentidas es Rocío Nahle, secretaria de Energía, a quien el presidente le asignó el desarrollo de la Refinería Olmeca, en dos Bocas Tabasco, y pese a haber sido inaugurada el 21 de marzo pasado, todavía no desarrolla ningún proceso productivo y tardará tiempo en empezar a procesar petróleo crudo.

            Incluso, se ha preparado todo, además legalmente, para ser postulada como candidata a la gubernatura de Veracruz en 2024. Si digo que hasta legalmente, es por la reciente reforma a la Constitución Política de esa entidad para permitir ser electa una persona no nacida en ese territorio, como es el caso de Nahle, quien es originaria de Zacatecas.

            En las secretarías que iniciaron con mujer, quien fue sustituida por un hombre y de nuevo nombrada otra mujer se encuentran la de Bienestar Social, quien inició con María Luisa Albores; siguió con Javier May y ahora la encabeza Ariadna Montiel Reyes, y en la de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cuando primero estuvo Josefa González Blanco, quien dimitió por retrasar un vuelo que abordaría –pero después nombrada embajadora en el Reino Unido–, sustituida por Víctor Manuel Toledo Manzur y ahora la titular es María Luisa Albores.

            Pero en estas dependencias no se ha suscitado algún hecho donde haya destacado el desempeño femenino, ya que han cumplido debidamente con las instrucciones presidenciales.

            Donde hubo cambio de género fue en las secretarías de la Función Pública, de Educación Pública y de Seguridad y Protección Ciudadana. En la primera hubo escándalos personales y políticos con Irma Eréndira Sandoval, quien fue relevada por Roberto Salcedo Aquino; en Educación Pública, tras la designación de Esteban Moctezuma como embajador en Estados Unidos, fue nombrada Delfina Gómez Álvarez, quien esta semana dejará ese cargo para encaminarse a la candidatura de Morena a la gubernatura del Estado de México y, supuestamente, su relevo será otra mujer.

            Lo sobresaliente de la gestión Delfina fue haber cometido varios errores personales y la alta deserción escolar durante la pandemia de covid-19, sin omitir sus intentos para proponer nuevos programas de estudio de nivel básico que fueron severamente criticados.

            En Seguridad y Protección Ciudadana, tras la renuncia de Alfonso Durazo para ganar la gubernatura de Sonora, se nombró a Rosa Icela Rodríguez, quien cumple más otras funciones asistenciales y sociales, como es el de las Tandas de Bienestar, donde se reparte entre los sectores menos favorecidos mercancía ilegal decomisada por las autoridades.

            Además, López Obrador le dio un “raspón” al afirmar que para evitar se corrompa la Guardia Nacional, propuso que sea administrada por la Secretaría de la Defensa Nacional, es decir, de esa manera expresó no tener confianza para que Rodríguez continúe como su mando. Además, de concretarse el decreto para el cambio de adscripción de la Guardia Nacional, entonces, ¿a qué se dedicará esa dependencia, ya sin la principal razón de su función?

            En dos secretarías se mantienen mujeres al frente. Una es la de Cultura, donde las principales críticas han sido por falta de apoyo a las diferentes actividades que debería impulsar, sin quedar exenta de escándalos como prestar el Palacio de Bellas Artes para celebrar, con invitados políticos, el cumpleaños del líder de la Iglesia de la Luz.

            La otras es la del Trabajo y Previsión Social, encabezada por Luisa María Alcalde, quien se ha distinguido por ser la secretaria más gris de todo el gabinete presidencial, ya que a pesar de enfrentar varios asuntos simplemente los ha ignorado y siguen sin ser resueltos. Por ejemplo, la huelga en la agencia de noticias Notimex, iniciada el 21 de febrero de 2020, es decir está a punto de cumplir treinta meses. La incapacidad de Alcalde se ratifica con el hecho de que la semana pasada intervino la Secretaría de Gobernador para intentar una solución final.

            Otro asunto relevante es ignorar el caso de los diez trabajadores atrapados en una mina de carbón mineral en Sabinas, Coahuila, donde la funcionaria no ha hecho acto de presencia al argumentar que respeta la decisión presidencial de que fueran la Secretaría de Economía y la Coordinación Nacional de Protección Civil quienes atendieran este asunto.

            Lo que debería hacer y sin afectar esas labores es revisar las pésimas condiciones laborales en que se desempeñan los trabajadores mineros: sin medidas de seguridad, falta de equipo y ropa adecuada, sin contratos de trabajo legales, careciendo de seguridad social, entre otros puntos que debería atender.

            Es decir, no es solo anticipar nuevos siniestros laborales, sino revisar que se cumplan con las condiciones legales mínimas para garantizar el bienestar de los trabajadores, en este caso, de los mineros, pero ni siquiera se interesa por eso y se encuentra a la espera de que se rescaten a los trabajadores atrapados para ver si acaso puede y tiene interés en intervenir.

            En resumen, en un gabinete federal opacado por el centralismo ejercido por el presidente de la república, las mujeres no han representado ningún factor de beneficio hacía la sociedad en general y a los sectores para los cuales deberían atender, en particular.

            Y, lamentablemente, no se anticipa ningún cambio o avance positivo en los ya casi dos años que restan a la actual administración federal.

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