Maullidos Urbanos
Por Gato de Barrio

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Tras el pasado proceso electoral, PAN PRI y Morena se preparan para el cambio de sus dirigencias nacionales, pero bajo diferentes enfoques.

            En el caso del blanquiazul, se discute la forma cómo se elegirá al sucesor de Marko Cortés a quien señalan de buscar colocar a una persona afín a él, con el objetivo de mantener el control del partido; respecto al tricolor, se acusa a Alejandro “Alito” Moreno de tras manipular al Consejo Nacional de ese partido para modificar los estatutos, para poder reelegirse al menos ocho años más para totalizar 13 al frente del partido. Esa situación ha sido sumamente criticada por muchos priistas que buscan defender al PRI de los intereses personales de “Alito”.

            En Morena la situación no resulta muy diferentes, y ante la designación de Mario Delgado, actual líder nacional como el próximo titular de la Secretaría de Educación Pública, empezaron las especulaciones de quién podría sustituirlo, donde la tendencia es que debe existir alternancia de género, por lo tanto ahora una mujer debería encabezar al partido.

            Ante ello son dos las propuestas; Citlalli Hernández, actual secretaria general de Morena, y Luis María Alcalde, actual secretaria de Gobernación y próxima a quedar en el desemple, tras el anuncio de que Rosa Icela Rodríguez será su futuro relevo. Pero la primera, quien es senadora reelecta, anunció que prefiere apoyar a la segunda y en el futuro enfocarse a las actividades legislativas correspondientes.

            Sin identificarse el origen de la propuesta para que la nueva lideresa sea Alcalde, tanto Andrés Manuel López Obrador como Claudia Sheinbaum, presidentes en funciones y virtualmente electa, respectivamente, ya dieron su voto favorable y ahora se espera que la militancia morenista simplemente la avale. Es decir, dan “línea” a sus seguidores.

            Aunque Sheinbaum destacó la unidad en el partido y aseguró que sin importar quién será el nuevo dirigente nacional, anticipó que “será bueno”; respecto a su participación para designarlo, aclaró que no participaría ni en la votación ni daría su opinión, ya que la definición será asunto de los integrantes de Morena, aunque aún no se sabe si será por encuesta.

            Sin embargo, no importa si es el PRI o Morena, puede ser cualquier otro partido, donde la definición de los supuestos nuevos líderes no la deciden las bases militantes, sino sucede a través de decisiones cupulares, las cuales se pretenden disfrazar ya sea mediante encuestas, asambleas, congresos o, incluso, hasta con aparentes confrontaciones con otros “aspirantes”, con lo cual se disfraza la “democracia” al interior de esos institutos políticos.