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Avanza un experimento electoral

Alebrijes en Cuadratines
Por Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

En las elecciones para gobernadores en el Estado de México y Coahuila, programadas para el próximo 4 de junio, el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que instalará al menos 200 urnas electrónica en su versión 7.0, con las cuales se pretende agilizar tanto el proceso de votación como la captura de información de las correspondientes actas con el total de sufragios.

            La presentación de esas urnas sucedió durante la exposición de “Tecnología aplicada para Procesos Electorales”, evento al cual asistieron funcionarios del INE como la consejera electoral Carla Humphrey, quien consideró que resulta necesario avanzar en el sector tecnológico, pues ya no se pueden contar los votos de forma manual.

            Expresó: “Debemos dejar de pensar en hacer todo como hacemos hace 30 años, debemos dejar de pensar que solamente las y los ciudadanos pueden manifestarse yendo presencialmente a las urnas a las que físicamente tienen que votar.”

            El también consejero electoral Jaime Rivera consideró que, por el momento, ésta tecnología presenta diversos inconvenientes, como el hecho de que “en México hay una larga y todavía fuerte tradición corporativa, donde quienes ejercen un liderazgo o un control sobre grupos de personas pueden hacerlos votar y el voto va a ser secreto”, ante ello debe anticiparse cómo actuaría en esa situación “el jefe de una corporación, por ejemplo un líder sindical, un líder de ejido, un empresario, un sacerdote, un operador de programas social”.

            Sin embargo, al participar mediante un video mensaje grabado Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, advirtió que “por más avanzada que sea o más ahorros que eventualmente genere, ninguna tecnología puede sustituir la necesaria confianza que la ciudadanía y los actores políticos deben tener en las elecciones».

            Debe recordarse que el uso de casillas electrónicas no está autorizado por el marco electoral legal vigente, aunque ya se utilizan en otros países, como Estados Unidos, nación donde no existe un organismo electoral federal, semejante al INE, y cuando se realizan elecciones en cada estado se fijan diferentes reglas para la emisión y conteo de votos.

            En el caso de Brasil ya se utilizan ese tipo de urnas, las cuales han ayudado a tener resultados rápidos y confiables, como sucedió en las recientes elecciones donde el ganador fue Luiz Inacio Lula da Silva, sobre Jair Bolsonaro, quien aspiraba a ser reelecto. Si bien hubo protestas no fueron por el uso de esas casillas.

            En las urnas del INE se busca sean las más novedosas en el país, deberán contar con los máximos candados de confiabilidad y certeza, tales como los del papel seguridad de las actuales boletas físicas infalsificables, además con un sistema que permita su uso para personas ciegas y sordas, y costar la cuarta parte de las que hay en el mercado.

            Además, se precisa que no podrán ser hackeadas, ya que no estarán conectadas a internet, solo funcionarán donde se ubiquen las casillas electorales. Incluso el INE tramita ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial el registro de su propia urna electrónica para poder transitar hacia el voto digital.

            De acuerdo con las más recientes licitaciones del INE, las actuales urnas electrónicas tienen un costo de mercado de entre 73 mil y 209 mil pesos. Según el monto más bajo para sustituir las más de 162 mil casillas instaladas en el último proceso electoral federal, el realizado en 2021, entonces se requerirá una inversión de más de once mil 907 millones de pesos.

            Por eso el interés es el desarrollar una propia urna, más barata y, además, innovar lo que se conoce sobre estos aparatos en México. Entonces, con la actual versión 7.0, que ya se ha presentado a los consejeros, podría costar entre 16 mil y 25 mil pesos, con una vida útil de 12 a 15 años.

            Además, el propósito es que ese mismo además permita ser utilizada en todos los procesos electorales, además de servir para consultas, ejercicios de participación ciudadana o elecciones de partidos políticos, es decir de amplio uso.

            Se debe considerar al voto electrónico como un avance democrático, una posibilidad real por implementarse, ya que reduciría los costos de las elecciones y el daño ecológico: por ejemplo para las elecciones federales que comprenden la presidencial y la renovación de senadurías y diputaciones, el INE tendrá que imprimir 300 millones de boletas, aparte toda la papelería para las gubernaturas, congresos locales y ayuntamientos en disputa.

            Si bien debe admitirse que la implementación del voto electrónico no sucederá de un momento a otro, sino será un cambio paulatino, también debe reconocerse que entre las más de cien iniciativas de reforma electoral registradas en el Congreso federal, uno de los pocos puntos de coincidencia entre los diferentes partidos es su implementación así como las acciones afirmativas para garantizar el acceso de afromexicanos, indígenas, migrantes y representantes de la diversidad sexual a cargos de elección popular.

            Ojalá y además de legislar para admitir legalmente los votos electrónicos, también se acepte tanto la instalación de las correspondientes urnas como su aceptación por la ciudadanía.

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